lunes, 7 de enero de 2008

Resumen de las fiestas

El ser humano, ya sea por virtud o por defecto, ve mejor las cosas a distancia, por lo cual cuenta de manera más profunda y en algun modo poetica la primavera en invierno. Así mismo yo he aguardado pasado diciembre antes de enfrentarme a lo vivido en dos de las más turbulentas semanas de todo el año.

Al pensar ligeramente en navidad y año nuevo ¿Qué es lo primero que nos llega a la mente? frio, juerga, comida, la familia y amigos que se reunen para, de manera discimulada por algunos, abrazar y reir a cuanto ven animados por la sobrecarga etilica en la que se sambullen gustosos.

De manera más pesimista, entre los cuales desafortunadamente me incluyo, también se trata de un tiempo en el que la soledad, la envidia y la introverción se sienten a flor de piel.

Nadie quiere estar solo durante esas fechas, cualquiera en su sano juicio no termina con la novia/el novio entre el Día de acción de gracias y el dos de enero. Es terrrible no tener un cuerpo calido que te abrace con el mismo fervor al sonar las doce, mientras te preguntas a donde demonios se han ido los ultimos doce meses: uno que no te aparte de si, ancioso por abrazar a otros más.

La globalización ha extrangulado con sus pixeladas manos el significado que las zotanas le dieron a estas fiestas al momento de crearlas. Ciertamente, soy una de los agradecidos: el "doble sueldo" ha sido el bondadoso responsable de que más del 80% de las personas que nacen cada año hallamos nacido en verano.

En resumen, al parecer hay más cosas buenas que malas en todo esto. Todo depende de con que ojos se le vea, nunca está de más tratar de ahogar nuestras penas...Aunque el dos de enero estes tirado en tu cama, muerto de un jumo y sin un chele.

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