jueves, 28 de mayo de 2009

The voices in your head are not real II

-¿Y ahora qué hacemos?-
-No lo se, esperaba que tu me lo dijeras-
-sabes que eso no pasará.-
-Eso es seguro- Dijo con un suspiro- La verdad es que siento que agonizar es lo más adecuado en estos momentos.-
Melkir, aun de pie, dirigió su vista hacia el ventanal por el que habían cruzado hace unos momentos, Mogana hiso lo mismo. Sus miradas, ausente, como si intentasen recordar.
-En estos momentos, desearía en verdad recordar.-
Melkir asintió distraidamente.
-Has querido olvidar con tal vehemencia por tanto tiempo, que por más que quieras, s casi imposible que recuerdes nada.-
-He hecho algo horrible, Melkir- Dijo en tono angustiao, bajando la cabeza.-... Temo que jamás pueda remediarlo...-
-Eso suele sucedes cuando no se toman en cuenta todas las posibles jugadas.-
-Eso solo demuestra lo pesima que soy al ajedrez.-
-Es posible...-
-Melkir.-Dijo de repente- Melkir... Creo que yo también estoy muerta.-
Melkir volteó a verla, asombrado.
-¿Muerta?-
-Si... Me temo que desde hace tiempo...Justo ahora me doy cuenta. Tal ves por eso suelo alejarme de los vivos... Tal ves por eso tengo tan pocos recuerdos de mi misma... Tal ves por eso no se quien soy... Tal ves...- Repentinamnte se levanta, sobresaltada- Melkir! Los he matado a todos porque yo tambien estoy mueta.- Sus ojos, repentinamente aguados, vuelven su vista al cesped- ... Y ahora, que me he dado cuenta, no se qué hacer. Yo no quería matarlos, eran lo único que tenía. Yo no quería morir. ¿Cómo fue que pasó todo esto?

The voices in your head are not real (But sometimes they have really great ideas)

Morgana se encontraba sentada en la base de uno de los multiples ventanales del largo pasillo. Miraba hacia afuera, con la vista estraviada en el vasto jardin sin flores.
-¿Por qué tu jardin es solo pasto verde?- Le preguntó Melkir de repente.
Morgana volteó su rostro hacia Melkir lentamente, los ojos abiertos por la sorpresa de no saberse acompañada hasta ese momento.
-Mi alma no tiene la fueza suficiente como para soportar más que hierva en este momento.- Respondió con voz apesadumbrada mientras sus manos descansaban en su regazo, su vista vuelta nuevamente havia el jardin.
-¿La fuerza o la motivación?- Preguntó Melkir nuevamente con aire ironico en la voz.
-No lo se, puede que ambos. Lo cierto es que soy lo suficientemente egoista como para que mi falta de interez y de animo por la vida se vea reflejado por toda la casa.- Dijo a la vez que, ante sus ojos brotaba un sauce llorón y crecía hasta tomar el tamaño adecuado como para formar una sobra considerable en el jardin.
-Eso salta a la vista.- Comentó Melkir con ironía ante la tenue oscuridad que cubría el pasillo en el que ambos se encontraban, así como el resto de la casa.
Morgana salió al jardin con paso lento, pero constante, y se dejó caer bajo la sombra del sauce, un bosque frondozo rodeó de pronto los bordes de todo el jardin mientras, boca arriba, veía los rayos del sol colarse por entre las ramas. Melkir lo contempló todo con aire indiferente, de pie junto al cuerpo de Morgana. Esta fijó su vista en él, pero lo veía sin ver, con la mente en blanco, como hacía cuando quería olvidar.
-¿Crees que sobreviva?- Le preguntó con voz dolida.
-Has sobrevivido cosas peores que esta.- Le dijo Melkir, n parte dandole animos, en parte restandole importancia al asunto.
-Hacía tiempo que no venía. Tanto, que los hé matado a todos.-
Melkir miró a su alrededor, corroborando las palabras de Morgana y la ausencia de toda criatura viviente.
-Lo se. Pero el hecho de que me crearas tan pornto como llegaste demuestra que no estas lista para quedarte sola.-
-Estaba sola en el lugar en el que me encontraba, por eso he venido. Siempre vengo cuando me siento sola. Pero ya no puedo estar rodeada de los mismos de antes, No me sirven de nada.-
-¿Y por qué me has creado a mi? ¿Para qué te sirvo?-
-Lo dices como si me estuvieses recriminando el haberte creado. Aún no sé para qué me sirves, ni qué puedes hacer y qué no. Pero mientras tanto, al menos hazme un poco de compañía.-
-Ya veo...-Dijo asintiendo levemente.
-Lo cierto es que me siento vacía.-
Las hojas del sauce empezaron a caer. Verdes desde las ramas, se secaban a medida que caian al suelo, cubriendo parcialmente a Morgana.
Morgana decidió sentarse y sacudirse las hojas secas del cuerpo.

martes, 26 de mayo de 2009

Retrospectiva

Se supone que para escribir algo descente tienes primero que haber escrito un millon de tonterias, escribir de a mucho y a diario.
Aparentemente yo he incumplido todas las reglas, menos la primera.
Pero más que escrito, he hecho y pensado un millon de tonterías.
Me atrevería a decir que algo más que la media a mi edad, basandome en el hecho de que mis desvarios abarcan más que moda, estatus y hombres; no presisamente en ese orden.
Pero, sobre todo, me considero demasiado ingenua: credula. Capaz de confiar en cualquier indigno de confianza.
¡Cuanos plantones no me han dado a lo largo de mi corta vida por culpa de tan futil defecto!
Al mirar atras me averguenzo de mi misma, por no aprender del error ajeno, y muchas veces del error propio.
¿Pero qué es lo que me hace falta para hacerme cambiar de una buena vez?
Es cierto: todos merecemos una segunda oportunidad. Pero yo debería ser capaz de negar una 4ta, 5ta, 8va...
Lamentablemente tengo claro por qué me pasa: me aterra perderlos. Pues, tal parece que tengo tan poca autoestima que adoro por momentos a aquellos que se dignan en prestar un poco de su tiempo, su atención.
Una sonrisa, una palabra amable: es todo lo que se necesita.
¡Pero que me aspen si no es endemoniadamente escaso!
Necesito de ellos cuando me siento tan terriblemente sola y despechada como ahora.
No queda más que tragarselo todo: llorar en publico no es una opción.
En el ambiente flota una musica melancolica que no me ayuda en lo más minimo.

Odio los finales, se me dan fatal. Los principios son más faciles de sobrellevar.